Estudiantiles no tuvieron que esforzarse mucho para ganar y salvar la floja temporada que cumplieron
Una temporada complicada fue la que vivió este 2008 la Universidad de Concepción, donde pese a tener un buen plantel estuvo todo el segundo semestre sufriendo con la posibilidad del descenso y con los rumores de que si volvía a la Primera B el equipo podía desaparecer.
Por lo menos ayer esos fantasmas quedaron en el pasado, luego de vencer por 3-1 a Coquimbo Unido en la revancha de la liguilla de promoción, lo que sumado al 2-0 en el puerto "pirata" le permitió mantener la categoría y por fin respirar con mayor tranquilidad.
Lo positivo fue que la escuadra dirigida por Jorge Pellicer no tuvo que sufrir mucho para imponer sus términos. Mejor dicho, apenas transpiraron los jugadores para superar a un adversario que demostró ser de menor nivel.
De hecho, las falencias coquimbanas quedaron en evidencia desde un comienzo cuando presionaron el juego de los penquistas obligados a remontar la serie, pero sin la capacidad de inquietar al portero Federico Elduayen.
GRAN FINIQUITO
En la Universidad de Concepción se demoraron 21 minutos en despertar y liquidarla serie, cuando Fernando Meneses ingresó solo por derecha y envió un centro que Julio Cesar Laffatigue sólo tuvo que empujar para abrir la cuenta. Fue el propio Meneses quien tras la conquista movió sus brazos haciendo una señal de que todo estaba acabado. Si algún visitante todavía pensaba en el milagro, justo antes del descanso le terminaron de matar la ilusión cuando nuevamente Meneses apareció para definir una jugada en la cual habían cuatro universitarios contra dos aurinegros.
Así el complemento estaba sólo de regalo y más aún con el tanto de cabeza de Gabriel Vargas (47'), quien anotó el 30. Luego los jugadores de Coquimbo se dedicaron a pegar y buscar un descuento que llegó en los descuentos a través de Alfredo Calderón.
El resto, una fiesta para los hinchas locales que se sacaron un año de sufrimiento. Ahora a esperar que el 2009 se hagan mejor las cosas para dejar atrás tantas pellejerías, que por su manejo la UdeC no merece.
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